El programa de hoy lo concebimos con la única y muy loable intención de molestar un poquito. Nuestros benditos oídos se acomodan a menudo a lo fácil, y, qué diablos, de vez en cuándo viene bien una buena dosis de ruido extremo y sonidos industriales. Retocemos juntos en esta charca de ruido hermanos, desatasquemos nuestros anquilosados tímpanos con esta selección cegadora y aturdidora, que bordea el umbral del dolor y la sordera permanente.
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