En Circuito llegamos al final de la temporada, y os traemos un souvenir, una postal en sonido estéreo, un exhaustivo resumen de lo que fue para nosotros el pasado Sónar 2015. Un Sónar en que básicamente nos dedicamos a acechar con una grabadora a los artistas, persiguiéndolos y acorralándolos en los rincones del festival (Sónar Village, el área Pro, los lavabos; de ahí el sonido ambiente), hasta dejarlos exhaustos, con la lengua fuera y psíquicamente hundidos, a punto de caramelo para sonsacarles las confesiones más insospechadas. Un “aquí te pillo, aquí te mato” periodístico de mucho mérito. Pasen, vean, el gran espectáculo del Sónar; sin duda (esto es completamente objetivo) en una de las mejores ediciones recientes. Lo hemos vivido al máximo, caminando por el filo de la navaja, con riesgo incluso para nuestra integridad física; pero el resultado vale la pena con tal de veros esbozar una mueca de aprobación al oírlo.
Acabamos la temporada y hacemos las maletas. Circuito se va unas semanas, merecidamente, creemos, con la cruel perspectiva para sus integrantes de perrear en un chiringuito de playa e hincharse a mojitos, untados en crema solar factor 90. Pero el programa volverá, renovado en energías, a partir de septiembre. Durante éstos días en que os dejamos huérfanos de contenido, seguiremos conectados dando ténues señales de actividad cerebral, de vez en cuando. Sed buenos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario