Sean Booth y Rob Brown, siempre genios, siempre huraños; reacios a mostrar su arte en directo salvo en contadas excepciones (recuerdo un Monegros en el que abandoné el rebaño a merced de Sven Väth y me escabullí para verles). Éste año van a hacer otra excepción y actuarán en el festival Sónar 2015, sin duda una gran noticia pues no lo han vuelto a pisar desde 1996, unos meses después de la publicación de su tercera obra maestra, Tri Repetae.
Como pintores a lo Kandinsky que abandonan definitivamente lo figurativo para adentrarse en un lenguaje plenamente simbólico, a la abstracción pura, la carrera musical de Autechre es una de las más fasciantes de la historia de la música electrónica por razones obvias, y una de las más influyentes. Durante su insobornable trayectoria los de Manchester han tocado géneros como el ‘hardcore’ británico y sonidos próximos al electro (aquí hay alguien que todavía recuerda su primer EP, Cavity Job, y su disco con el ‘alias’ Lego Feet, los dos de 1991), pero a la larga, lo suyo ha desembocado en un lenguaje propio, preciso, una sopa algebraica dónde hay melodías que parecen ritmos, ritmos que parecen ‘pads’ de sintetizador… un rompecabezas en el que es difícil saber qué genera qué. Quizá el éxito y la influencia enorme de Autechre, se deban a la fascinación que generan los rompecabezas a gran parte de la humanidad, quién sabe.
El aura intocable que irradian los creadores de Incunabula y Amber no se desvanece con la edad, y, al contrario, continúan entregando discos potentes como son los más recientes Exai y Oversteps.
En Circuito Virtual estamos de celebración con la vuelta de Autechre al Sónar y, de momento, os brindamos una impagable sesión suya, grabada recientemente.
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